Cuando se sufre de un accidente cerebro vascular cada minuto cuenta y la capacidad de reacción es vital. Por ello el Hospital Dr. Gustavo Fricke SSVQP adoptó la clave stroke, un sistema intrahospitalario que permite que la atención al paciente sea lo más expedita y eficiente posible. ¿Cómo? La respuesta está en la capacitación y entrenamiento de todos los actores de la salud implicados en el proceso, a partir del primer momento: la llegada del usuario. Y así lo explica la Doctora Anita Olivos, neuróloga del Hospital Dr. Gustavo Fricke. “Este entrenamiento parte desde la gente que toma los datos en admisión preguntando si tiene alguna debilidad, advirtiendo a la enfermera; la enfermera entrenada puede ir a evaluar y hacer las preguntas competentes; después está el auxiliar paramédico que toma los exámenes rápidamente, que toma la presión. Está el tecnólogo de rayos que rápidamente da prioridad a este examen, a la toma del escáner. Está el chofer de la ambulancia que también tiene un rol protagónico en llevar al paciente lo antes posible a un centro de atención. Está el médico de urgencia que tiene que estar alerta para avisar al especialista”. Dentro de las primeras atenciones que se le brinda al usuario que acude con sospechas o síntomas de un ACV, se encuentran 3 acciones que determinan o descartan el cuadro infarto cerebral. Primero, se le solicita levantar ambos brazos hacia arriba y adelante, luego que sonría y finalmente que repita una frase simple. Si existe dificultad en el lenguaje o asimetría facial o de alguna extremidad, se activa rápidamente la clave stroke. “Es importante poder atender rápidamente a los pacientes dentro de lo que llamamos un periodo de ventana, que es un tiempo acotado en el cual uno puede hacer la terapia y que esta terapia sea efectiva. Estos tiempos son de cuatro horas y media desde que empiezan los síntomas. Por supuesto, los síntomas al paciente le empiezan en su casa, en su trabajo, en la calle, por lo tanto, ese tiempo de llegada es el que no podemos manejar. Hay unos tiempos que hay que cumplir y esos tiempos por supuesto tienen que ser dados de acuerdo a las distancias, entonces también se ha hecho salvatajes con aviones desde el norte, desde el sur y siempre es un desafío enorme, pero también es reconfortante ver a nuestros equipos de rehabilitación, porque no todo termina después de la trombólisis. Sigue toda la rehabilitación porque el paciente no mejora a veces en forma inmediata, la gran parte de los pacientes van recuperando su déficit a los tres meses, que es el tiempo en el cual se define si esta terapia fue efectiva o no”. La terapia a la cual hace alusión la neuróloga Anita Olivos es la trombólisis. Esta técnica, que se realiza en el Hospital Dr. Gustavo Fricke, puede evitar secuelas y consiste en disolver el coágulo – que está interrumpiendo la circulación de la sangre en el cerebro - y, de esa manera, se restituye el tejido y la función del órgano. Su práctica estará supeditada a varios factores, entre ellos, las enfermedades de base que tenga el paciente. “Hay algunos criterios que tienen que ver con sus enfermedades de base, si usan anticoagulantes, hay que ver si están en rangos y si no lo están, podrían ser tributarios porque una de las terapias tiene que ver con el poder deshacer un trombo, que es el que tapa esta arteria y por supuesto si está con tratamiento anticoagulante, el uso de estos fármacos podría aumentar más el riesgo de hemorragia. Entonces se requiere ahí que el laboratorio rápidamente envíe las respuestas al nivel de coagulación del paciente y se tenga que tomar una decisión respecto a ese valor para poder decidir si es o no tributario de una terapia como ésta”.
Cuando se sufre de un accidente cerebro vascular cada minuto cuenta y la capacidad de reacción es vital. Por ello el Hospital Dr. Gustavo Fricke SSVQP adoptó la clave stroke, un sistema intrahospitalario que permite que la atención al paciente sea lo más expedita y eficiente posible. ¿Cómo? La respuesta está en la capacitación y entrenamiento de todos los actores de la salud implicados en el proceso, a partir del primer momento: la llegada del usuario. Y así lo explica la Doctora Anita Olivos, neuróloga del Hospital Dr. Gustavo Fricke. “Este entrenamiento parte desde la gente que toma los datos en admisión preguntando si tiene alguna debilidad, advirtiendo a la enfermera; la enfermera entrenada puede ir a evaluar y hacer las preguntas competentes; después está el auxiliar paramédico que toma los exámenes rápidamente, que toma la presión. Está el tecnólogo de rayos que rápidamente da prioridad a este examen, a la toma del escáner. Está el chofer de la ambulancia que también tiene un rol protagónico en llevar al paciente lo antes posible a un centro de atención. Está el médico de urgencia que tiene que estar alerta para avisar al especialista”. Dentro de las primeras atenciones que se le brinda al usuario que acude con sospechas o síntomas de un ACV, se encuentran 3 acciones que determinan o descartan el cuadro infarto cerebral. Primero, se le solicita levantar ambos brazos hacia arriba y adelante, luego que sonría y finalmente que repita una frase simple. Si existe dificultad en el lenguaje o asimetría facial o de alguna extremidad, se activa rápidamente la clave stroke. “Es importante poder atender rápidamente a los pacientes dentro de lo que llamamos un periodo de ventana, que es un tiempo acotado en el cual uno puede hacer la terapia y que esta terapia sea efectiva. Estos tiempos son de cuatro horas y media desde que empiezan los síntomas. Por supuesto, los síntomas al paciente le empiezan en su casa, en su trabajo, en la calle, por lo tanto, ese tiempo de llegada es el que no podemos manejar. Hay unos tiempos que hay que cumplir y esos tiempos por supuesto tienen que ser dados de acuerdo a las distancias, entonces también se ha hecho salvatajes con aviones desde el norte, desde el sur y siempre es un desafío enorme, pero también es reconfortante ver a nuestros equipos de rehabilitación, porque no todo termina después de la trombólisis. Sigue toda la rehabilitación porque el paciente no mejora a veces en forma inmediata, la gran parte de los pacientes van recuperando su déficit a los tres meses, que es el tiempo en el cual se define si esta terapia fue efectiva o no”. La terapia a la cual hace alusión la neuróloga Anita Olivos es la trombólisis. Esta técnica, que se realiza en el Hospital Dr. Gustavo Fricke, puede evitar secuelas y consiste en disolver el coágulo – que está interrumpiendo la circulación de la sangre en el cerebro - y, de esa manera, se restituye el tejido y la función del órgano. Su práctica estará supeditada a varios factores, entre ellos, las enfermedades de base que tenga el paciente. “Hay algunos criterios que tienen que ver con sus enfermedades de base, si usan anticoagulantes, hay que ver si están en rangos y si no lo están, podrían ser tributarios porque una de las terapias tiene que ver con el poder deshacer un trombo, que es el que tapa esta arteria y por supuesto si está con tratamiento anticoagulante, el uso de estos fármacos podría aumentar más el riesgo de hemorragia. Entonces se requiere ahí que el laboratorio rápidamente envíe las respuestas al nivel de coagulación del paciente y se tenga que tomar una decisión respecto a ese valor para poder decidir si es o no tributario de una terapia como ésta”.