17 de mayo de 2023
Esta semana el Estado entregó el predio del Balneario Popular Rocas de Santo Domingo a la Fundación Por la Memoria San Antonio, que lo administrará para convertirlo en una Escuela de Derechos Humanos, superando así la estela de horror que dejó la Dictadura que creó en este lugar un laboratorio para técnicas de tortura y formación de los represores de la DINA, que fue la policía secreta del dictador Augusto Pinochet, comandada por su brazo derecho, Manuel Contreras.
Junto a la presidenta de la Fundación por la Memoria de San Antonio, Anita Becerra, uno de los artífices de este triunfo de la sociedad civil sobre los horrores de la Dictadura fue el arquitecto Miguel Lawner, Premio Nacional de Arquitectura 2019 y director ejecutivo de la Corporación de Mejoramiento Urbano (CORMU) durante el gobierno de Salvador Allende.
Durante el Gobierno de la Unidad Popular Allende encargó a Miguel Lawner la tarea de coordinar las acciones para levantar los Balnearios Populares, como parte de la medida 29 del programa del gobierno popular. Así, entre 1971 y 1972 se construyeron los 16 recintos que se repartieron entre Cachaya en la región de Tarapacá hasta Duao en la región del Maule.
El mismo Miguel Lawner en diciembre de 2013, cuarenta años más tarde lideró, junto a Ana Becerra, la recolección de los antecedentes que permitieron que el año 2015 el Balneario Popular Rocas de Santo Domingo fuera declarado como Monumento Histórico Nacional en la categoría Sitio de Memoria.